La reciente consecución de la Copa de
Europa por parte de la selección española de fútbol, que ha venido a
coronar un inmaculado camino de éxitos por parte de este equipo de
leyenda, ha puesto de nuevo en el debate deportivo nacional una
interrogante que a no pocos analistas, técnicos, jugadores, científicos o
aficionados les ha pasado por la mente en estos últimos tiempos: ¿cómo
es posible mantener la ambición, la ilusión y el hambre de éxitos de
manera constante durante tantos años? Detrás de la respuesta a esta
pregunta subyace una de las claves de los logros de este fantástico
combinado y, prácticamente, de los de cualquier estrella grupal o
individual que haya sido capaz de pasar a la historia por marcar una
larga época de triunfos continuados en su disciplina deportiva: sus
miembros son unos excepcionales gestores de la motivación a largo plazo.
A nivel emocional, la motivación
constituye el combustible necesario para que el motor de la ilusión y la
concentración hacia una tarea funcione correctamente en períodos
prolongados de tiempo. Desgraciadamente, nuestro organismo y nuestra
estructura cerebral vienen configurados para presentar síntomas de
fatiga y desinterés por aquello que desarrollamos asiduamente. Por el
contrario, la motivación se genera de manera espontánea cuando alguien
afronta una nueva actividad en su vida, cuando encara un reto por
primera vez. La curiosidad innata a las personas se encarga de ello.
Esta “tara de fábrica” que presentamos
los seres humanos no implica que no seamos capaces de mantener la
eficiencia en los desempeños a largo plazo, pero sí que nos obliga a
entrenar y preparar, adecuada y diariamente, nuestra capacidad de
automotivación, es decir, la habilidad para generar, en situaciones de
desgaste emocional, el estímulo necesario para que nuestra psique siga
manteniendo al máximo los niveles de entusiasmo y atracción por aquello
que en un principio nos produjo una visión muy positiva de la realidad
circundante pero que el paso del tiempo puede haber transformado en algo
radicalmente opuesto, incluso consiguiendo que una perspectiva
optimista inicial vire a negativa. Muchos deportistas de talento
incuestionable no han sido capaces de superar la llegada de la
inevitable crisis motivacional asociada al paso del tiempo y, tras unos
pocos años de triunfos, a pesar de encontrarse en su momento óptimo de
rendimiento físico y técnico, se han visto apartados del éxito por no
haber encontrado un método apropiado de automotivación personal.
El cansancio, los obstáculos, la
satisfacción de nuestros anhelos y un sinfín de condicionantes más
convierten la tarea de mantener viva la llama de la motivación a largo
plazo en el reto más importante que debe afrontar cualquier deportista
que aspire a dejar su impronta personal a través de los años. Para ello,
existen numerosas técnicas y herramientas que ayudan a reajustar los
niveles de motivación del deportista, algunas más sencillas que otras de
llevar a cabo. La clave no está en aplicarlas todas sino en dar con un
conjunto equilibrado que se adapte a las características singulares de
cada deportista e incidir en ellas con perseverancia. En este sentido,
las declaraciones, comportamientos y actitudes de los componentes de la
selección española de fútbol a lo largo de este longevo período de
tiempo vinculado al triunfo ininterrumpido nos dan algunas pistas de
como ellos han administrado la utilización de algunas de estas técnicas
para superar con éxito los momentos de dificultad y agobio a los que se
han visto sometidos durante su particular trayecto hacia la leyenda.
Pensar que Xavi, Silva, Casillas,
Iniesta y compañía son inmunes al desfallecimiento mental y a la pérdida
de interés hacia los quehaceres rutinarios, por muy atractivos y únicos
que estos puedan parecer vistos desde fuera, supone otorgarles
capacidades impropias de los seres humanos, cayendo en un error
mayúsculo que puede impedir el acceso a los elementos reales que
sustentan su epopeya. Una de las grandezas de este grupo reside
precisamente en haber superado sus límites a partir de la total
aceptación de los mismos, por tanto, un correcto análisis de los
instrumentos que han utilizado para lograrlo a nivel motivacional, y no
una vinculación de dichos éxitos a su carácter casi divino, será quién
nos pueda ayudar a entender un poco más la fortaleza y la confianza que
destilan sus miembros en la actualidad, y nos aporte información
tremendamente útil de como debemos encarar en nuestras vidas las
situaciones más hostiles y dificultosas.
Técnicas de automotivación colectiva: el arma secreta de “La Roja”.
A continuación se exponen algunas de las
herramientas más eficaces para lograr la permanencia de la motivación
en los colectivos vinculadas a como “La Roja” en conjunto las ha
aplicado en beneficio propio:
1. PARTICIPACIÓN DE PERSONAS QUE SE APOYAN CONJUNTAMENTE:
Por encima de cualquier otra
consideración, los efectivos de la selección española de fútbol han
comprendido que un grupo fuertemente cohesionado permite cubrir más
fácilmente las carencias que cada uno de sus miembros pueda desarrollar
individualmente. El hecho de sentirse apoyado en momentos de dificultad,
y de poder ayudar a quienes están bajos en un momento puntual,
incrementa la confianza y la motivación personal exponencialmente.
Además, una labor conjunta y coordinada permite llegar mucho más lejos
de lo que lo haríamos trabajando individualmente. La identificación con
esta idea de que “la colectividad prima sobre todo lo demás” es tan
fuerte en la selección que no es de extrañar el que hayan empezado a
surgir voces autorizadas en el mundo del fútbol que reclamen la
concesión del ”Balón de Oro”, un premio de carácter netamente
individual, a todo el combinado nacional.
2. ABSTRAERSE DE LO NEGATIVO Y BUSCAR LA PROPIA SUERTE:
A nadie se le escapa que la historia del
fútbol español a nivel de selecciones nunca había sido excesivamente
brillante hasta la época actual: las maldiciones de las eliminaciones
reiteradas en cuartos de final de las grandes competiciones, las bestias
negras para nuestros combinados en forma de italianos, alemanes… eran
unas constantes fortísimas que había establecido un muro psicológico que
parecía infranqueable. Cuando esta selección actual comenzó a tomar
forma, se introdujo un elemento diferenciador respecto a lo que se había
hecho tradicionalmente: se optó por un estilo de toque y técnica
exquisita en el que la altura tradicional de los futbolistas de alto
nivel se sustituyera por deportistas con un centro de gravedad inferior y
una calidad individual excepcional. Hoy en día este fútbol del “tiki
taka” nos parece incuestionable pero en aquellos inicios fue una apuesta
arriesgadísima y a contracorriente de todo lo establecido. España supo
buscar su propia suerte aislándose de la crisis crónica vinculada
tradicionalmente al combinado futbolístico nacional y hoy, el ser
portadores de una idea revolucionaria y exitosa, supone una carga de
motivación extraordinaria para todos y cada uno de los componentes que
creyeron en ese proyecto diferente e innovador.
3. PRIORIZAR LOS OBJETIVOS Y TAREAS:
Uno de los elementos más comunes que
desemboca en el fracaso de los deportistas a largo plazo es el no saber
estructurar adecuadamente la cadencia y la escala de los objetivos a
conseguir. Algunos deportistas de gran talento quieren ser
inmediatamente campeones del mundo sin haber conquistado siquiera
torneos de índole menor. Si analizamos, a grandes rasgos, el discurrir
de nuestra selección de fútbol en los últimos años, veremos que la
planificación de las fases previas a la consecución del reciente
triplete consecutivo ha sido respetada al máximo: primero se marcaron el
objetivo cortoplacista de asentar su estilo de juego y encontrar a los
jugadores más aptos para desarrollarlo; después fueron, decididos y
convencidos de su buen fútbol, a por los “cocos” de los cuartos de
final, las tandas de penaltis y los combinados italianos y alemanes;
finalmente, encararon la misión de colocar en el pecho de España la
estrella que acredita a las grandes selecciones campeonas del mundo y,
como colofón, se propusieron llegar más lejos que nadie hasta el
momento: tres competiciones internacionales ganadas de forma
consecutivas. El secreto para no desfallecer: irse motivando de menos a
más, encontrar el refuerzo necesario para acometer grandes hazañas en la
consecución de pequeñas metas intermedias. En este sentido, limitarse a
“hacer lo que se puede hacer aquí y ahora” se ha revelado como una
técnica de gran eficacia a la hora de evitar el desbordamiento y el
agobio asociado a la realización de grandes proyectos.
4.PENSAR EN LOS BENEFICIOS:
Este grupo de futbolistas, técnicos y
personal logístico ha sabido hacer frente al reto colosal del triple
entorchado consecutivo apoyándose constantemente en la visualización de
la recompensa que le esperaba al otro lado de las dificultades. Si uno
repasa el archivo de declaraciones de cualquiera de los jugadores o
técnicos, encontrará un sinfín de referencias similares a “vamos a hacer
historia”. Por muy grandes que sean los problemas a encarar, si el
premio merece la pena y supera a estas en dimensión, nunca debemos
perder de vista ese objetivo hacia el que nos dirigimos pues nos ayudará
a relativizar los inconvenientes y a motivarnos con la simple toma de
conciencia del beneficio que nos aguarda.
Sin duda alguna, uno de los grandes
aciertos de nuestra selección nacional de fútbol ha sido el de saber
apuntalar su ingente talento para este deporte con instrumentos de
refuerzo que han posibilitado el mantenimiento continuado de los niveles
de motivación necesarios para sostener la eficiencia en el rendimiento a
lo largo de los años. En este primer artículo hemos analizado las
herramientas de carácter más colectivo, en el siguiente desganaremos las
técnicas de índole personal que han utilizado algunos de los jugadores
para activar adecuadamente su automotivación.
Fuente: Equipo de Redacción IESPORT
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